Ahora no se conforma con ellos y quiere al menos 20. Habrá que ver si los vigueses están por la labor, pero lo que está claro es que seguirá siendo alcalde, salvo giro radical de los acontecimientos, hasta 2023.
Lejos, muy lejos, se encuentra la segunda fuerza política, el Partido Popular. Elena Muñoz comienza la campaña con el gran objetivo de frenar la sangría sufrida en 2015, cuando el PP pasó de 11 a 7 concejales. Diez ediles separan ahora mismo a las dos principales formaciones, que pueden ser más si se cumplen los pronósticos, que auguran un nuevo ascenso socialista y un descenso ‘popular’.
Este posible batacazo podría ser aprovechado por Marea de Vigo, que ya cuenta con cuatro años de trabajo en la oposición, para protagonizar un ‘sorpasso’. Los resultados de las elecciones generales, en las que Unidas Podemos se erigieron en el segundo partido más votado, animan a la formación liderada por Rubén Pérez a pensar en ello.
La gran duda es si la Corporación Municipal ganará en fuerzas representadas. BNG, Ciudadanos y VOX se mantienen expectantes ante esa posibilidad. El partido naranja hasta se atreve a pronosticar para sí mismo tres concejales, también impulsado por el respaldo recibido el pasado 28 de abril.
Una campaña, en todo caso, que servirá para abrir o reducir diferencias entre los partidos pero en la que Caballero no ve peligrar su mandato, reforzado además por la acción de gobierno que le permite cada día anunciar una nueva obra o un nuevo concierto para Castrelos, mientras que la oposición busca contrarrestar con promesas electorales.