Las sociedades de la información emergen de la implantación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en la cotidianidad de las relaciones sociales, culturales y económicas en el seno de una comunidad, y de forma más amplia, eliminando las barreras del espacio y el tiempo en ellas, facilitando una comunicación ubicua.
El conocimiento se entendía como la capacidad de acumular datos, teorías y experiencias, casi siempre individualmente, y, una parte del mismo se difundía, casi siempre mediante la experiencia a un reducido número de personas.
Peter Drucker es el primero que emplea este término en el año 1969 y defiende que anteriormente hubo revoluciones del conocimiento.
-Año 1700 cuando se aplica “el hacer” y se inicia la Revolución Industrial
-Año 1881 “revolución de la productividad” Cuando Taylor aplica el conocimiento para mejorar el método de trabajo
-Actualmente estamos inmersos en ella y muchos la llaman “ la revolución de la dirección de empresas” y otros “ la era del conocimiento”.
Una de las características más importantes de esta era es que:
El conocimiento se ha convertido en un nuevo factor de producción
El valor de los intangibles de las empresas crece sin cesar
Como consecuencia, surge una nueva sociedad de economía globalizada en la que también se relaciona con la identificación de las nuevas formas de producción del conocimiento que incide en la producción al igual que los factores de capital y trabajo.
En el mercado de trabajo hay una transformación profunda, muchos oficios y puestos de trabajo desaparecen y surgen otras nuevas vinculadas a las TICS. El trabajador adquiere conciencia de la necesidad de formase durante toda su vida laboral debido al entorno cambiante en el que está inmerso. Desaparece, el trabajo estable hasta la jubilación, y, la ciudad de toda la vida. Así mismo quien no sabe manejar un ordenador, aunque sea de forma elemental está considerado casi como un analfabeto y carece de oportunidades en el entorno laboral.
Sorprende, que el aumento de productividad este acompañado en los países occidentales de una creciente desocupación y de un malestar social en lugar de bienestar. Es necesario un cambio en organización económica y social para que este desarrollo conlleve a una mejor distribución de los bienes y a una justicia social.