Pero qué es talento. Talento es la capacidad de realizar algo de forma extraordinaria como consecuencia de tus habilidades, de tu experiencia y de tu formación, con lo cual talento es la suma de conocimiento, experiencia aptitud y actitud.
Es evidente que el talento no acepta limites, es aprender y estar dispuesto/a a seguir aprendiendo durante toda tu vida. Aprender supone que tenemos que aceptar el error, cosa que a nadie le gusta, puesto que se verifica el aprendizaje y nos lleva al acierto.
Tim Harford decía que “errar conduce a decisiones acertadas, sobre todo si el error se produce en la dirección adecuada”. Si observamos nuestro entorno social, hace unos 20 o 30 años se le daba mas importancia al desarrollo de la vocación que a la explotación del talento. Por ejemplo, si a un chico se le daba bien tocar la batería, su familia en la mayoría de los casos prefería que se buscase la vida en un ámbito profesional de acuerdo con su estudios universitarios.
Al respecto, tengo que decir que a veces, vocación y talento coinciden pero hay veces que no. ¿Qué es primero la vocación o el talento? Pues bien, para contestar a esta pregunta hay diversidad de opiniones. Para algunos la vocación es el motor del talento o que el talento te va a conducir de forma misteriosa a que se descubra la vocación, cuando en realidad son dos términos que, a pesar de estar muy unidos, uno no es la consecuencia del otro, ya que nos estaríamos olvidando de factores como la sociedad, el entorno, los medios físicos y las personas que colaboran directa o indirectamente en el desarrollo profesional de las personas.
La carrera profesional del siglo XXI ya no se diseña de forma lineal. Por ejemplo, todos recordamos, al típico botones de banco que llegó a ser director de la entidad, ahora las carreras se diseñan de forma orgánica y tienen cuatro elementos muy importante: vocación, talento, oportunidades, recursos.