Un hombre acusado de violar a una conocida tras encontrarse en una discoteca de Vigo ha aceptado tres años de cárcel en una vista de conformidad llevada a cabo este miércoles en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en la ciudad olívica.
El varón, que se encuentra en prisión provisional desde agosto de 2022, se enfrentaba a entre 8 y 10 años de cárcel, según la petición de Fiscalía y de la defensa de la víctima, respectivamente.
El hombre ha aceptado también una orden de alejamiento de 13 años sobre la mujer, así como el pago de una responsabilidad civil de 6.200 euros, que ya ha sido abonada.
Según el escrito de acusación pública, los hechos ocurrieron en la madrugada del 20 de agosto de 2022, cuando el acusado se encontró, en una discoteca de Vigo, con la víctima, a la que conocía desde hacía algunos años y con quien había llegado a intimar. A la salida del local invitó a la mujer a ir a su casa a «fumar y escuchar música».
La mujer accedió y, una vez en el domicilio de él, se tumbaron en una cama de matrimonio. En un momento dado, la mujer se percató de que el varón se había sacado el pene del pantalón y le estaba rozando la pierna, por lo que le llamó la atención y se apartó, tratando de incorporarse.
En ese momento, el acusado se abalanzó sobre ella y la sujetó para inmovilizarla, mientras le levantaba el vestido y le arrancaba las bragas. A pesar de que ella gritaba y sollozaba, el varón trató de penetrarla, aunque no lo logró.
Entonces, para que dejase de gritar, le empezó a golpear la boca y la sujetó del cuello, al tiempo que le introdujo varios dedos en la vagina. El hombre solo desistió cuando se dio cuenta de que la mujer estaba sangrando por la boca. En ese momento la soltó y ella, tras ir corriendo al baño, abandonó la vivienda gritando y pidiendo auxilio.
Como consecuencia del forcejeo y de la agresión, la víctima sufrió erosiones en la boca, lesiones en el cuello, antebrazo derecho y en una uña. Además, sufrió una agravación de unos problemas psíquicos previos, lo que la obligó a seguir tratamiento con ansiolíticos y un refuerzo de la terapia psicológica.
Por estos hechos, la Fiscalía acusaba al procesado de un delito de violación (una agresión sexual agravada) y pedía que fuese condenado a la pena de ocho años de cárcel, y que se le prohíba comunicarse o acercarse a menos de 200 metros de la víctima por un período de nueve años.
Pese a todo, finalmente se llegó a una conformidad de tres años de prisión, de los cuales ya casi han pasado dos.