Según informó este miércoles la Jefatura, la primera alerta la dio un vecino de la zona de Candeán, quien informó que dos días antes al llegar a su domicilio, encontró en el patio de la vivienda a su perro, que había vomitado y se encontraba mal.
«No le dio importancia al hecho, pero al día siguiente supo que el perro de una de sus vecinas había fallecido, y que un veterinario que lo trató, le apuntó la posibilidad de que pudiera haber resultado envenenado. También tuvo conocimiento de que el gato de otra vecina, había sufrido los efectos de otro presunto envenenamiento», apunta la Policia Local.
Los agentes contactaron con la propietaria de este felino, quien indicó que efectivamente su mascota había fallecido tras ingerir algún tipo de sustancia tóxica (venenosa), destinada a caracoles o similares.
Tras activar el protocolo antídoto de la Xunta de Galicia, uno de los cánidos fue exhumado, con la intención de analizar los restos del animal (análisis actualmente en proceso), determinar la certeza del envenenamiento y continuar actuaciones.