«En este caso era posible pensar que el hecho de golpear dos personas en la cabeza a una persona desvalida de 80 años de edad, le podía causar unas lesiones graves, y aún así le atizaron incluso cuando se hallaba en el suelo, aceptando por tanto las consecuencias que pudieran derivarse de sus actos, pues en todo caso podían haber realizado unos actos menos violentos que los realizados para lograr la sustracción».
De esta forma califica la Audiencia Provincial de Pontevedra la brutal agresión que sufrió en octubre de 2006 el párroco de Santa Rita, asaltado por los dos condenados, los brasileños Pedro Yago Santos Pereira y Alison Lucas Barros Romao, en su propia iglesia para robar. El fallo judicial fija una pena de catorce años de prisión por delitos de robo con violencia y lesiones. Además, deberán pagar 429.000 euros como indemnización y una suma de 9.500 euros anuales para gastos de rehabilitación.
Los agresores se llevaron una caja de caudales pesada y de un tamaño considerable, ya que media sobre unos 30 x 30 cm y en su interior contenía además de dinero en efectivo (unos 1.000 euros aproximadamente) documentación de la parroquia, diversas joyas entregadas por una feligresa para su custodia, pero antes de la huida sustrajeron la cartera al cura con documentación y unos 400 euros en su interior, su reloj y las gafas, así como el teléfono móvil.
Debido los golpes recibidos, se empezó a encontrar mal, por lo que fue asistido por una unidad medicalizada en el lugar y posteriormente como su estado empeoró, fue llevado a urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro, quedando ingresado, y con posterioridad su estado se deterioró gravemente por un derrame interno en la cabeza entrando en coma varios días. A día de hoy se recupera muy lentamente de las lesiones causadas.