La familia de Jorge Joel Fernández Viñán, el joven de 22 años que desapareció en Vigo el pasado 29 de enero, continúa recorriendo cada rincón de la ciudad mientras pide a la ciudadanía que no deje caer en el olvido el caso de este joven ‘skater’ que desapareció sin DNI y sin dejar rastro de su casa llevándose consigo su monopatín y su mochila, además del teléfono.
“Que no se olvide la gente, que esté pendiente por si alguien lo ve y, si Dios quiere, a ver si aparece”, suplica su padre, que como el resto de la familia nada en un océano de incertidumbre pendiente de una llamada de la Policía que no llega. “No hay noticias, no llama la Policía desde el lunes por la mañana. No han dicho nada. Estamos esperando novedad, dicen que si tienen noticias llamarán, y que si no, nada”, añade.
Pero esa llamada, de momento, se hará esperar porque, según fuentes policiales consultadas este jueves por Efe, no hay ninguna novedad tras 13 días ya desde que el joven desapareció de su casa.
Señal del teléfono
Lo último que se ha sabido es que la señal de su teléfono, intermitente, se pudo rastrear con autorización judicial dos días después de su desaparición y que situó el aparato en el entorno de la calle Coruña, cerca de donde vive el joven.
La familia ha organizado con amigos y voluntarios varias batidas por la ciudad, recorriendo los lugares que frecuentaba el chico, ha colgado carteles con su imagen y duerme con un ojo abierto y todos los sentidos alerta por si suena el teléfono.
«Nadie sabe nada»
“Nosotros salimos todos los días, a los comedores sociales, a los albergues, pero nadie sabe nada, vamos a los hospitales, pero nada de nada”, añade el padre del joven. “Si se mató que al menos aparezca el cadáver, pero ni vivo ni muerto”, subraya antes de exponer un cóctel a base de incertidumbre, angustia y desvelo que resume lacónicamente con una frase que lo dice todo: “Estamos muy preocupados”.