Un vigués de 38 años fue detenido este lunes por la tarde en la ciudad tras protagonizar una larga y peligrosa persecución en coche. El conductor, que llevaba el maletero cargado de cable de cobre, fue interceptado por la Policía Local después de circular a gran velocidad y en sentido contrario por diferentes calles y callejones estrechos, lo que hizo que casi atropellara a varios peatones y a un agente.
El incidente, según ha informado este martes el cuerpo municipal, se registró a las 16:40 horas. En ese momento, una dotación patrullaba por la Avenida de Ramón Nieto y, de repente, vio a un vehículo que transitaba con el capó levantado, lo que llamó su atención. La unidad se situó detrás del turismo para realizar un “seguimiento discreto” y comprobar los datos del automóvil, que carecía del seguro obligatorio.
Así, al acceder a la calle Urania Mella Serrano hicieron señas al conductor para que estacionase en un lado de la vía y detuviese el vehículo. En ese instante, pudieron ver “claramente” a la persona que iba al volante, así como “sus rasgos físicos e indumentaria”, según indica la Policía Local en un comunicado.
“El citado, lejos de acatar las indicaciones dadas, engranó la marcha atrás, salió a toda velocidad, giró el vehículo y tomó esa vía en sentido contrario hasta la confluencia de esta calle con Antonio Nieto Figueroa, donde circuló en sentido ascendente y por tanto también en dirección contraria”, relata el cuerpo municipal.
Desde ese punto, accedió al Camiño Balanciña, una vía muy estrecha y de sentido único donde varios viandantes “tuvieron que saltar para evitar ser arrollados” a pesar de que la patrulla había conectado los dispositivos luminosos y acústicos para advertir al resto de usuarios de la vía del riesgo que suponía el vehículo.
En su huida, el fugado accedió a la Avenida del Aeropuerto y obligó a una furgoneta a realizar una maniobra evasiva para no impactar, de tal forma que quedó girada en el carril de circulación. A varios metros de ese punto se encontraba en rojo un cruce regulado por semáforo y el coche “recorrió aproximadamente 400 metros por el carril de sentido contrario para evitar la fila de vehículos que se encontraban detenidos”. Una maniobra que “repitió en varias ocasiones, en curvas o intersecciones sin apenas visibilidad”.
Mientras tanto, otra dotación se colocó en la intersección de la Avenida del Aeropuerto con la calle Pardavila. Allí estableció una barrera de seguridad con el vehículo policial para obligar al fugado a detenerse. “Los agentes que se encontraban en este dispositivo pudieron comprobar cómo el conductor, manteniendo su conducta manifiestamente temeraria, no aminoró la marcha, invadió la acera y estuvo a punto de arrollar a un efectivo, que tuvo que saltar para evitar ser atropellado”, prosigue la Policía Local.
El vehículo esquivó a las unidades a la altura de la calle Cantabria y se desplegó un operativo de búsqueda, en el que intervinieron varias dotaciones. Finalmente, una de ellas localizó al turismo estacionado en la calle Pombal. Parecía que la rueda trasera derecha había reventado al intentar remontar la acera.
En las proximidades se halló a un hombre cuyas características físicas e indumentaria coincidían “plenamente” con las descritas por la patrulla que inició la persecución. El sujeto, al verse sorprendido, emprendió una huida a pie pero fue interceptado y reducido. Aunque mostró “gran resistencia” y “trató de agredir” a los agentes, fue detenido por un delito contra seguridad vial. Posteriormente, dio positivo en THC en el test de drogas.
Por último, se averiguó que carecía de permiso de conducir, ya que no lo había sacado nunca. En la inspección del vehículo, la Policía Local halló varios metros de cable de cobre quemado, por lo que el automóvil fue precintado y remitido a la autoridad judicial competente.