La última edición de la Vig-Bay transcurrió este domingo sin grandes sobresaltos en lo relativo a la seguridad pero la Policía Local ha informado este martes de un insólito incidente protagonizado por un conductor ebrio. Esta persona se saltó el perímetro existente entre la Avenida de Samil y la Avenida Atlántida a pesar de las indicaciones realizadas por miembros del cuerpo municipal para que detuviese la marcha.
Según relata el 092 en un comunicado, un hombre de 53 años acabó detenido porque, además, se enfrentó a los policías que formaban el dispositivo de tráfico en la zona. Concretamente, los efectivos que bloqueaban con un furgón la circulación a la altura del Camiño Fontes -cerca de la bajada a la playa popularmente conocida como Los Olmos– supervisaban que los corredores pudieran realizar ejercicios de calentamiento en la calzada sin riesgo para su integridad física.
Sin embargo, en un momento dado, un agente que estaba desviando el flujo de vehículos en ese punto vio cómo un coche se acercaba a su posición sin aminorar la marcha. Así, se puso delante de su trayectoria y le indicó que cambiase de dirección pero “lejos de atender las indicaciones, el conductor continúo la marcha, realizó un quiebro y esquivó” al policía para “introducirse en la zona de los corredores”.
Inmediatamente, se dio la alerta por la emisora a todos los efectivos disponibles, lo que permitió que otro policía, apoyado por una unidad del cuerpo nacional, interceptara el vehículo unos 300 metros más adelante, en la confluencia de la Avenida de Samil con la calle Argazada, es decir, cerca del circuito de automodelismo.
El conductor presentaba “claros y evidentes síntomas de encontrarse bajo el efecto de bebidas alcohólicas”, por lo que fue sometido a la prueba de alcoholemia. El resultado de la primera toma fue de 0,79 mg/l de alcohol por aire espirado, lo que excede el límite penal establecido (0,60 mg/l). No obstante, al efectuar el segundo test el sujeto “comenzó a poner trabas y dar disculpas con el fin de dilatar el tiempo de manera injustificada”. “A mayores, mostraba una actitud de falta de consideración a la funcionaria que le había realizado la prueba”, añade la Policía Local en su comunicado de prensa.
Finalmente, fue sometido a la segunda prueba, que arrojó resultado positivo de 0,75 mg/l de alcohol por aire espirado, lo cual también implica un delito contra la seguridad vial. En consecuencia, los agentes requirieron la presencia de la grúa para inmovilizar el vehículo tras “quedar acreditado que el conductor no se podía hacer cargo de él”.
“En el momento de iniciarse las labores de enganche, volvió a mostrar una actitud de oposición y entorpecimiento de la labor policial, interponiéndose entre la pala del vehículo de arrastre y su automóvil con el fin de evitar el enganche. Uno de los agentes trató de hacerle entrar en razón y tranquilizarle, pero fue apartado bruscamente”, relata el cuerpo municipal.
En ese instante, el individuo, se metió en el coche y se produjo un nuevo forcejeo en transcurso del cual el conductor golpeó la mano de una de los policías “causándole lesiones”. Finalmente, los efectivos presentes lograron sacarlo del interior del vehículo y lo arrestaron por un delito de atentado a la autoridad y desobediencia.