Un hombre juzgado en Vigo por un supuesto delito continuado de agresión sexual al hijo menor de edad de su pareja ha negado rotundamente los hechos ante el tribunal: «Jamás abusé de él, se lo ha inventado».
En su declaración ante la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, y entre sollozos, el procesado ha negado las agresiones sexuales que, según el denunciante, se producían casi a diario desde que tenía ocho años y hasta prácticamente su mayoría de edad.
Así, el procesado ha repetido varias veces que «jamás» abusó de él, ni lo amenazó ni usó la violencia para agredirlo sexualmente. Igualmente, ha negado que le hubiera hecho fotos desnudo y ha negado que, tal y como declararon la víctima, su madre y su hermano, él fuera una persona agresiva o autoritaria en el ámbito familiar.
«No tengo palabras para explicar esto, es surrealista», ha argumentado, ante las preguntas de las acusaciones sobre los hechos denunciados, al tiempo que ha asegurado que, hasta en dos ocasiones, el hijo de su pareja le dijo que le iba a «joder la vida», ya cuando era más mayor.
De hecho, cuando hizo uso de su derecho a la última palabra el acusado proclamó entre lágrimas: «Si algo fuera cierto, su madre me habría matado, o si no, sus abuelos».
«Relato reflexivo, bien argumentado y consistente»
Además de la declaración del acusado, para quien la Fiscalía pide 14 años de prisión (15 años solicita la acusación particular), en la jornada de este martes también han declarado forenses del IMELGA y la psicóloga que trata desde hace años al denunciante.
Todas estas peritas han confirmado que la víctima presenta síntomas de estrés postraumático compatibles con las vivencias que narra y han dado credibilidad a su relato, un relato «reflexivo, bien argumentado y consistente». Del mismo modo, han detallado que no observaron en ese relato ningún indicio de simulación o fabulación.
Según han precisado, la víctima padece problemas en el ámbito afectivo-sexual, «muy habituales» en caso de abusos sexuales durante la infancia, además de problemas de ansiedad, insomnio, fobias y otros trastornos que hacen que, a día de hoy, siga necesitando medicación y terapia.
Informes finales
En su informe final, la Fiscalía ha señalado que el delito continuado de agresión sexual ha quedado acreditado con la declaración de la víctima, corroborada también por las manifestaciones de los testigos.
Según la Fiscal, el acusado agredió sexualmente a su hijastro de forma continuada durante años, empleando la violencia física cuando era más pequeño, y sin que ésta fuera necesaria posteriormente, «debido al clima de intimidación que ya se había creado» y a las amenazas. «Nos podemos imaginar el infierno de vida por el que ha pasado», ha señalado la representante del ministerio público.
Además de valorar la persistencia y coherencia del relato del denunciante, la Fiscal también ha recordado que su hermano, que declaró como testigo, desveló en el juicio, y por primera vez, que el acusado también abusó de él cuando era niño. De hecho, ha anunciado la petición de deducción de testimonio por otro presunto delito de agresión sexual, a expensas de que este testigo presente denuncia por esos hechos.
Igualmente, la acusación particular ha mantenido sus conclusiones y ha valorado que el testimonio de la víctima es «del todo verosímil», y ha cuestionado la credibilidad del acusado que, en el juicio, proclamó que «nunca» había hecho «daño a nadie», cuando tiene antecedentes y una condena por prostitución.
Finalmente, la defensa ha hecho hincapié en que «nunca nadie vio nada» en los escenarios donde supuestamente se produjeron esos abusos sexuales, y ha trasladado su sorpresa por la «alteración» del testimonio de la madre y el hermano de la víctima, que inicialmente no le daban credibilidad y atribuían la denuncia a una «distorsión de la realidad».
Esta letrada ha constatado la existencia de «animadversión» por parte del denunciante y también de los testigos hacia su defendido, y ha incidido en las supuestas «contradicciones» en el relato acusatorio. A su juicio, «es imposible» que años de agresiones sexuales a un menor hubieran «pasado desapercibidos» tanto para la familia como para la escuela o los pediatras.
Además, ha cuestionado la validez de los informes periciales, que ha calificado de «incompletos» y ha insistido en que, durante el juicio, no se ha desvirtuado la presunción de inocencia del acusado.
Al margen de las penas de prisión, las acusaciones también reclaman que el procesado indemnice al hijo de la que fue su pareja: la Fiscalía pide que le pague 5.000 euros más el coste de la terapia, mientras que la acusación particular solicita una indemnización de 35.000 euros.