Un empresario, administrador de una mercantil de servicios informáticos de Vigo, acusado de acosar sexualmente a una empleada discapacitada ha asegurado que ella lo besó tras una comida de la compañía, mientras que la mujer ha negado cualquier tipo de relación con él fuera de lo «estrictamente laboral».
Así lo han señalado este miércoles en el juicio llevado a cabo en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo, donde el hombre ha desmentido los hechos por los que se le acusa, indicando que ambos tenían una «amistad», ya que llevaban más de diez años trabajando juntos, debido a que previamente habían coincidido en otra empresa.
Según su relato, en diciembre de 2022, cuando la supuesta víctima estaba de baja, celebraron una comida de empresa, a la cual la mujer acudió. Después de la misma, él habría ido a buscarla a su casa, habrían tomado una copa juntos y al volver, él habría ido a su domicilio y allí, ella lo habría besado.
A partir de ahí, intercambiarían una serie de mensajes telefónicos y de llamadas de índole sexual. Estos mensajes de WhatsApp fueron aportados por ambas partes. Sin embargo, no coinciden, ya que la acusación asegura que el varón pudo modificarlos por sus conocimientos de informática, pese a que el hombre lo ha negado.
«Ella quitó los mensajes. Los que yo tengo son los correctos. He aportado la conversación completa», ha reivindicado durante su declaración.
Relación «estrictamente laboral»
Tras él, fue la mujer la que acudió a declarar. Ella ha subrayado que su relación con su jefe era «estrictamente laboral» y que durante su baja tenía que hablar con él para solicitarle que la empresa le pagase el complemento de incapacidad temporal del 25% que le correspondía por convenio y que no estaba percibiendo.
Fue en esas conversaciones cuando el hombre, según la versión de ella, habría aprovechado para «pedirle algo a cambio», insistiendo en quedar con ella incluso en hoteles.
Visiblemente emocionada, la mujer relató que ella estaba pasando por una severa depresión tras haber sufrido un accidente que la dejó incapacitada para realizar su puesto de trabajo.
Además, ella ha negado que después de la comida de empresa se besasen o él fuese a su casa. Sin embargo, sí ha dicho que en la salida del restaurante su jefe le había dicho que «le ponía follar con una discapacitada». Según ella, tras esa comida, los mensajes sexuales comenzaron y duraron sobre dos meses.
Hechos
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, durante varios meses, entre diciembre de 2022 y enero de 2023, el acusado se dirigió a una empleada suya, que se encontraba de baja y a la que se le había reconocido una discapacidad psíquica y sensorial del 63%, enviándole mensajes o hablándole con términos que la degradaban y con propósito libidinoso.
Así, en una comida de empresa a la que acudió la trabajadora, en un momento en que ambos estaban solos en la vía pública, le dijo que «nunca había follado con una discapacitada». Igualmente, le envió numerosos mensajes con el «ánimo de denigrar y cosificar» a su empleada, con expresiones como «mañana tengo una reunión muy importante y necesito que vengas, tú también me vas a fallar?», «follamos o no? a ver hora? A las 18,30 motel Caribe», «cobarde, floja», «al final, follamos o no?», «eres ya menos válida? ya puedes aparcar en zonas azules?», «el jueves quiero follar contigo hasta que camines como Bambi en el hielo», «ya, estás despedida», etc.
Además de esos mensajes, en enero de 2023 ambos mantuvieron una conversación telefónica, en la que el jefe le dijo: «voy a insistir hasta follarme a la discapacitada y, si no, voy a tomar medidas; no van a hacer caso a discapacitada que estuvo en un loquero, lo que quiero lo consigo». Finalmente, la empleada fue despedida en marzo de 2023.
Por todo ello, Fiscalía solicita 22 meses de prisión y una multa de 28.350 euros, y que la mercantil y el acusado indemnicen conjuntamente a la trabajadora con casi 7.400 euros, además de tres años de orden de alejamiento de la mujer y dos años de libertad vigilada.
En sus conclusiones finales, tanto la acusación como Fiscalía han solicitado que el varón sea condenado, mientras que la defensa pidió la libre absolución, sugiriendo que la víctima busca ser indemnizada con casi 30.000 euros tras ser despedida.