La Fiscalía ha reducido a 44 años, frente a los 67 que pedía inicialmente, la petición de cárcel para Segundo C.V., un sacerdote del colegio Salesianos que está acusado de haber abusado sexualmente de seis menores que estaban a su cargo. Esta decisión llega después de que el fiscal haya retirado la acusación con respecto a uno de los seis menores que, sin embargo, sí mantiene la acusación particular.
El fiscal concede «total credibilidad» al relato de las víctimas de estos abusos, que se produjeron en un campamento en Cambados, durante una peregrinación a Santiago y en una asociación de Vigo que dirigía el religioso. El testimonio de los menores, ha defendido el representante público en sus conclusiones, es «creíble y plausible» y todos ellos presentan un «trauma compatible» con episodios sexuales. Además, ha reiterado que los tocamientos «por muy fugaces que sean» son abusos sexuales.
Con respecto a la retirada de los cargos por los abusos a uno de los seis menores, el fiscal afirmó que aunque cree en la palabra de la víctima no existen pruebas contra el cura, porque «notó que le tocaban pero no abrió los ojos «, por lo que no se puede certificar que fuera él.
Petición de libre absolución
La abogada de Segundo C.V. ha pedido la libre absolución de su defendido al entender que no existen «pruebas suficientes» contra él. Tras cuestionar la credibilidad de los denunciantes, la letrada ha recordado que el sacerdote llevaba mucho tiempo trabajando con niños «y nunca ha existido ni una queja contra él».
A ello se ha sumado el abogado del colegio Salesianos de Vigo, presente en la causa como responsable civil subsidiario de los abusos, que ha explicado que estos supuestos abusos no afectaron al rendimiento académico de los alumnos que, tras los hechos, estaban «perfectamente adaptados» por lo que no cabría la posibilidad de indemnizaciones.
En sus conclusiones, el abogado de la acusación particular, que representa a la Fundación Amigos de Galicia, ha afirmado que está «acreditada» la autoría de los abusos por parte del religioso, por lo que solicitan entre 4 y 6 años de cárcel por cada abuso sexual.
«Se ha probado que el acusado siempre actuaba por las noches, aprovechando que los menores estaban dormidos», según Francisco José Lago, que ha advertido de que el cura siempre se acercaba a menores con un «perfil similar», que ha identificado con niños de 14 o 15 años a los que había dado clase y con los que se comunicaba a través del colegio.
Todo ello, ha añadido, «con la finalidad de inmiscuirlos en actos de inequívoco carácter sexual y así poder satisfacer su apetito sexual».