Nuevo y, posiblemente, relevante paso en el caso del asesinato de Déborah Fernández. Los resultados del análisis efectuado por el Instituto Nacional de Toxicología tras la exhumación del cuerpo de la joven han detectado la presencia de ADN masculino en una de las uñas del cadáver. Una información que trasciende solo dos días antes de que el exnovio comparezca ante el juzgado como investigado. Esa declaración está fijada para la mañana de este 11 de marzo.
Ante este descubrimiento, la familia de Déborah solicitará la ampliación de la prueba pericial para intentar determinar los marcadores genéticos hallados.
El informe del Instituto Nacional de Toxicología también deja otra conclusión. El pelo que los forenses de Vigo dijeron haber encontrado durante la exhumación ha resultado ser PVDC, un material empleado para envasar alimentos, entre otros usos. Este resultado ha reforzado la creencia de la familia, que siempre ha criticado que la autopista inicial se completó de manera negligente.
En cuanto al examen del vehículo del principal sospechoso, efectuado en septiembre del pasado año, se han encontrado muestras biológicas humanas y de animales, lo que choca frontalmente con el examen de 2010, cuando no se encontró absolutamente nada. Este hecho demostraría, para el entorno de la joven fallecida, que se hizo una limpieza exhaustiva del vehículo.
Además, se continúa a la espera del informe definitivo sobre el disco duro del ordenador de Déborah. Se ha podido determinar su manipulación, tal y como se sabía, pero aún se siguen aguardando las conclusiones definitivas que presentarán los peritos en las próximas fechas.
El juzgado se había negado a citar a declarar al exnovio pero la familia presentó un recurso ante la Audiencia Provincial de Pontevedra que fue estimado. La declaración se decretó en principio para febrero, pero fue pospuesta para dar tiempo a los abogados de estudiar la causa. Esta imputación paraliza el plazo de prescripción del caso, al que le quedaban dos meses escasos de vida.