Los primeros informes del Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid, tras analizar los restos biológicos hallados bajo las uñas de Déborah Fernández Cervera, la joven de Vigo cuyo cadáver apareció en una cuneta hace casi 20 años, revelan que las muestras son compatibles con fibras de ropa de cama que pertenecían a una de las personas investigadas, según confirmaron a Efe fuentes de la familia de Déborah.
Las muestras del cadáver, exhumado el pasado mes de mayo a petición de la familia en busca de restos de ADN bajo las uñas y pruebas que pudieran imprimir un giro a un caso que está a meses de prescribir, han dado, pues, sus primeros frutos.
Esas muestras encontradas bajo las uñas de Déborah Fernández fueron comparadas con una decena de fibras diferentes que corresponden a una colcha cuyo propietario estaba vinculado con la víctima y que fue interrogado en varias ocasiones por la Policía Nacional, aunque nunca fue citado como investigado. El informe está ya en manos del Juzgado de Instrucción de Tui, el cual podría tomar alguna decisión al respecto en los próximos días.
La familia de Déborah ha defendido siempre que la joven fue víctima de un asesinato, de modo que encargaron en su momento un informe médico legal pericial suscrito por un médico especialista en medicina legal y forense que determina “con una certeza moral, matemática y jurídica” que “estamos ante una muerte violenta de etiología médico-legal homicida por anoxia anóxica”.
Una de las hipótesis es que Déborah fue asfixiada y que la manta objeto de análisis y cuyas firmas coinciden con las halladas por el Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid pudo ser la que se utilizó para cometer el crimen o envolver el cadáver.