La anciana cuyo cadáver momificado fue hallado por la Policía Local de Vigo el pasado viernes, y a la que seguía “alimentando” su hija, falleció de muerte natural entre finales de noviembre y principios de diciembre. Así lo especifica la autopsia remitida al Juzgado de Instrucción número 2 de Vigo, en funciones de guardia, por lo que, según fuentes judiciales, ya no se practicarán más diligencias.
El juzgado acordará ahora la inhumación del cadáver, de la que, si no lo reclama ningún familiar, se hará cargo el Ayuntamiento. La hija que convivía con la anciana permanece ingresada en la unidad de psiquiatría del hospital Álvaro Cunqueiro, donde será valorada por los forenses. Una vez emitan su informe, el Juzgado de Familia número 5, en funciones de guardia, decidirá si ratifica su ingreso involuntario en el centro hospitalario.
Los hechos, difundidos el fin de semana, tuvieron lugar el viernes a mediodía en la calle Caldas de Reis, en el barrio de Coia, a donde se dirigieron efectivos de la Policía Local alertados por los vecinos a causa del mal olor que desde hacía mucho tiempo se percibía en el inmueble.
Al llegar, los agentes notaron inmediatamente el hedor y, pese a las quejas de la inquilina, accedieron al interior del apartamento de donde procedía para encontrar en una de las habitaciones el cadáver de la madre, una nonagenaria cuyo cuerpo presentaba señales de momificación.
La mujer explicó a los agentes que su madre se encontraba mal desde hacía meses y que ella le daba purés para comer e infusiones para que bebiera.
La Policía Local dio aviso a la Nacional, así como al juzgado de guardia para que se procediera al levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde se le ha practicado la autopsia que ha revelado que falleció de muerte natural hace casi tres meses.