La investigación policial abierta el pasado 30 de enero por la muerte Roberto Chapela Peni, de 51 años, en su domicilio de Chapela se dio por concluida este miércoles con el ingreso en prisión de un hombre de 42 años, vecino de la víctima. El Juzgado de de Instrucción número 2 de Redondela decretó este mediodía su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por un delito de homicidio.
La Comisaría de Vigo convocó una rueda de prensa en la que ofreció los detalles sobre la «complicada» investigación que llevó hasta el presunto autor del crimen. Según explicó el comisario Carlos Alfonso Valcárcel Araujo, el móvil de la agresión está relacionado con la venta de drogas al menudeo, lo que se conoce en el argot como un «paleo».
Los hechos se remontan a las 19:40 horas del día 30 de enero cuando la sala operativa del 091 recibe una llamada de una mujer, que aseguraba que desde hacía dos días no conseguía contactar con un amigo, residente en la calle San Telmo número 8 bajo. Relata en su llamada que está viendo al hombre por una ventana tirado en el suelo del salón.
Los agentes derriban la puerta y al entrar observan a la víctima tumbada en el suelo del salón, estirado, y atado de manos y pies con cinta adhesiva de embalar, con la boca tapada con la misma cinta y la cabeza tapada con una cazadora. La investigación comenzó con una inspección y el grupo de homicidios identificar a posibles testigos. Además, constata que el hombre se dedicaba al pequeño trapicheo de sustancia estupefaciente, en concreto cocaína.
La escena del crimen indicaba que el hecho se habría producido sin apenas enfrentamiento físico entre víctima y agresor, solo había dos sillas tiradas aparte de la silla de la víctima. También se sospecha que agresor y víctima se conocía, puesto que le había permitido entrar en la vivienda y que se sentasen a la mesa mientras él se encontraba cenando. Además, Roberto Chapela tenía un perro de los considerados raza peligrosa que se encontró cerrado en la habitación del fallecido, por lo que se debía de tratar de una persona conocida y habitual para dicho perro.
Por distintas entrevista con vecinos y conocidos, se pudo estimar que el último día en el cual Roberto había sido visto con vida era el miércoles 27 de enero pasado. La Policía confirma que la víctima salía muy poco de su domicilio, y las ventas de estupefacientes, eran casi exclusivamente con personas del barrio y conocidas desde hacía tiempo. «Su vida se centraba en el interior de su casa, y solo salía de esta rutina cuando sacaba a su perro con paseos metódicos», asegura la Comisaría.
Hipótesis del móvil
El móvil del crimen fue considerado desde el principio por los investigadores como un “paleo”, que es el robo de la sustancia estupefaciente y dinero de un traficante de drogas. La vivienda apareció sin desordenar, lo que indicaba que posiblemente la muerte se precipitó posiblemente por la tensión entre ambos y las prisas del agresor en dejar el lugar.
El agresor se dejó el dinero que tenía la víctima en la casa y sabía donde se guardaban las papelinas, tratándose de una caja de caudales pequeña en su habitación y que se encontró abierta y vacía. Los investigadores realizaron un seguimiento del sospechoso y solicitaron al juzgado la autorización para el registro de la vivienda del detenido. Al detenido, le constan diferentes antecedentes, uno de ellos por tráfico de drogas.