Con una carta llena de dolor, Susana Quina Viñas, madre de Ramón Ortega Quina, pide que se reabra la investigación para aclarar el asesinato de su hijo, hace ahora nueve años:
«Un año más, y van nueve. Este año mi escrito va acompañado de imágenes, ojalá remueva conciencias y haya quien sienta vergüenza por no hacer su trabajo, por no decir lo que vió o por mentir para archivar el caso y quitarlo del medio.
Estamos en Navidad, y mi mayor deseo es que el asesinato de Ramón se resuelva, saber la verdad.
Las fotos son del lugar donde apareció muerto, la verja por donde dicen que trepó, los tubos por los que se agarró y los cables de R que arrancó. Pues bien, si nos cuentan que el grado de alcohol en sangre era casi de coma etílico, al primer pié que hubiera levantado, se habria caído. Que se agarrara por los tubos, era imposible por que tenia Sindrome de Raynaud y los dedos hinchados y algo deformes. Hay muy poco espacio entre los tubos y la pared, si hubiera querido agarrarse se hubiera rascado las manos por que no le cabían, y sus manos estaban perfectas.
En cuanto a los cables de R, siguen igual que en 2008. Si los hubieran arrancado habrían quedado en la pared los agujeros y los tacos donde estaban sujetos y nunca hubo nada de eso, así los dejaron cuando hicieron la instalación, y así continúan.
Hace poco recibí el informe de un grupo de criminólogos que estaban revisando el caso, y sorpresa, si ya teníamos varias versiones de su muerte, ahora tenemos otra más. No se que se esconde detrás de todo esto, pero es indignante y frustrante.
Tal vez tendremos que esperar un milagro para que se resuelva y poder tener un poquito de paz.
Te echo muchísimo de menos, es muy duro continuar sin ti.
Te queremos Ramón, siempre con nosotros, siempre en nuestro corazón».
Susana Quina Viñas.