Al igual que sucedió hace un mes y medio en la calle Pino, donde una agente salvó la vida de un bebé, la Policía Local de Vigo ha vuelto a ser protagonista de un acto heroico al evitar un desgraciado final este lunes en la calle Emilia Pardo Bazán. Allí, en torno a las 13.00 horas y a la altura del número 52, el conductor de un coche sufrió un accidente de tráfico al perder el conocimiento y estrellarse contra una farola.
Se trataba de un operario de 53 años al que le sobrevino un desvanecimiento, lo que provocó que el vehículo avanzara sin control, cambiara de carril e invadiera el sentido contrario de la circulación hasta acabar impactando contra el mobiliario urbano. La víctima no viajaba sola. Un compañero de trabajo que no sufrió heridas reseñables intentó reanimarle en primer lugar al tiempo que pedía auxilio. Una ayuda que no tardó en llegar, ya que la fortuna quiso que una patrulla de paisano pasara por allí en ese momento.
Los policías locales tomaron el control de la situación, comenzaron a practicar una reanimación y alertaron al 092 y al 061 de la necesidad de recibir apoyo. Los primeros masajes cardíacos no tuvieron éxito pero la Jefatura del cuerpo municipal pudo movilizar hasta el lugar a un coche oficial con desfibrilador. Esta vez sí, las maniobras lograron su objetivo y el hombre recuperó las constantes vitales.
Poco después -debido a la falta de vehículos sanitarios- pudo llegar al punto una ambulancia de soporte vital básico con el equipo de Atención Primaria del PAC de Pizarro, que trasladó al conductor al hospital Álvaro Cunqueiro para ser atendido en profundidad. A pesar de la angustia vivida, el suceso tuvo un final feliz que concluyó con los aplausos de los vecinos que se agolparon en los balcones al escuchar la colisión y el revuelo formado. Esta vez la ovación fue para la Policía Local de Vigo.