La Policía Nacional investiga varios robos de catalizadores en coches estacionados en distintas calles de la ciudad olívica. La Comisaría de Vigo-Redondela ha alertado este lunes de que ha recibido “en los últimos meses” diferentes denuncias con motivo de estas sustracciones en vehículos de similares características, marca, modelo y antigüedad. Según señala, el modus operandi utilizado es coincidente en todos los casos.
“Los denunciantes aseguran no haber observado aparentemente ningún daño en el vehículo y se percatan de la sustracción cuando encienden el motor o circulan y escuchan ruidos extraños y fallos en el motor”, explica la Policía Nacional en un comunicado. “Una vez que se traslada a taller o se da parte al seguro es donde se puede comprobar cómo se ha seccionado la pieza, ubicada en los bajos de los vehículos, utilizando para ello una sierra eléctrica o radial”, añade.
Las investigaciones llevadas a cabo indican que los autores de estos hechos pueden ser personas itinerantes, con domicilio en Madrid y antecedentes por hechos similares, que pertenecen a un mismo grupo. Los automóviles en los que se sustrae esta pieza suelen ser de más de 10 años de antigüedad, principalmente Seat Arosa y Volkswagen Polo. Para su retirada, los autores utilizan un gato hidráulico y a continuación se introducen debajo del turismo. Posteriormente, realizan dos cortes en el tubo de escape con una sierra eléctrica o una herramienta parecida y así consiguen llevarse el catalizador.
Los ladrones no roban esta pieza para instalarla en otro vehículo, trabajo costoso y poco efectivo, sino por el tipo de metales que se encuentran en su interior, de elevado valor económico. Los talleres también apuntan que estos robos se efectúan en vehículos antiguos porque los actuales llevan instalado el catalizador en el motor, lo que dificulta el acceso. El coste de la pieza en el mercado ronda entre 500 y 700 euros, aproximadamente, aunque el objetivo es venderla en el mercado negro de los metales preciosos que recubren la pieza: paladio, rodio y platino.
La vida útil de un catalizador ronda los diez años, momento en que va perdiendo eficacia, si bien los metales siguen manteniendo sus propiedades y son reciclados para otros usos. Los que ya han cumplido su servicio son reciclados en centros especializados mediante un proceso muy complejo, donde se extrae el platino, paladio y rodio. Además, son pocas las empresas autorizadas para realizar estas funciones.