La Policía Nacional llevaba unos 9 meses vigilando a Juan Carlos Santórum y a gente de su entorno cuando se produjo el abordaje del buque MV Karar, cargado con 3,8 toneladas de cocaína, e interceptado en altamar en abril de 2020, según ha explicado este martes un testigo policial, en el juicio que se sigue por este alijo en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo.
Ese policía, agente del GRECO Galicia que ha declarado tras un biombo, ha señalado que las investigaciones se iniciaron en julio de 2019, cuando esta unidad estaba realizando labores de vigilancia sobre Fidel F.B., un empresario constructor de barcos, y uno de los 28 acusados en este procedimiento.
En el marco de ese seguimiento, se observó un encuentro en una cafetería de Sárdoma (Vigo) entre este empresario y varias personas, entre las que estaba Juan Carlos Santórum. En un momento dado, cuando Santórum y otras personas abandonaron el lugar, el policía pudo sentarse cerca de Fidel F.B., y escuchar cómo realizaba una llamada y preguntaba a su interlocutor, «si estaba preparada la lancha de Portugal» y si estaba listo para transportar «el poliuretano».
Estas palabras encendieron las alarmas de la Policía, ya que, según ha explicado el testigo, el propio Fidel F.B. estaba bajo el foco policial por su presunta relación con redes de narcotráfico y con el abastecimiento de embarcaciones para este tipo de grupos criminales.
La presencia de Santórum en ese encuentro, no hizo más que reforzar las sospechas, ya que se trataba de «una persona conocida históricamente por dedicarse presuntamente al narcotráfico, una persona que disponía de infraestructura y lanchas, una persona huidiza». «Que estuvieran juntos era un indicio de que estaban preparando alguna operación», ha declarado el policía.
Vigilancia durante meses
En los meses posteriores, se realizaron operativos de vigilancia y seguimiento, tanto a Fidel F.B., como a Santórum, y los agentes confirmaron varios encuentros entre ellos y con otros de los acusados, como el hermano de Santórum, y como Braulio V.V., Emilio X.R.C. (cuñado de Santórum), o los hermanos Pablo y Marcos G.V., todos ellos encausados en este procedimiento. Igualmente, el testigo narró varias reuniones en diferentes naves supuestamente utilizadas por la organización, en la zona de O Salnés, en Vigo, Mos y Tomiño.
Según ha relatado este testigo, si bien la mayorías de ellos carecen de antecedentes penales, sí eran conocidos de las fuerzas de seguridad por investigaciones relacionadas con el narcotráfico y, además, ha añadido, las vigilancias evidenciaron que no tenían ninguna actividad profesional legal.
«Ultimando preparativos»
Con el paso de los meses, en una fecha que el testigo no ha podido concretar, el GRECO Galicia tuvo conocimiento de la existencia de un cargamento de cocaína a bordo del MV Karar que podría estar relacionado con los investigados. Éstos, según ha explicado este policía, comenzaron a actuar como si estuvieran «ultimando los preparativos» y a extremar las medidas de precaución.
Así, en los días previos al abordaje del MV Karar (interceptado en la madrugada del 25 de abril de 2020) los investigados «empiezan a sospechar» que estaban siendo vigilados y dejaron de utilizar uno de los vehículos que empleaban habitualmente en sus desplazamientos.
A preguntas de las defensas, este testigo ha reconocido que, en los operativos de vigilancia, no se observó la comisión de ningún delito concreto por parte de los investigados. Asimismo, ha confirmado que las decisiones sobre los operativos, detenciones y manejo de la información eran responsabilidad del jefe del grupo, un funcionario que actualmente está investigado por un juzgado de Murcia por su supuesta vinculación con redes de narcotráfico.
De hecho, ese exjefe de GRECO es el principal testigo policial en este juicio, pero no ha podido comparecer todavía porque se encuentra en situación de baja médica.
Juicio
En este juicio, del que ya se han celebrado varias sesiones desde mediados de abril (después de varias suspensiones), se sientan en el banquillo de los acusados 28 personas: Juan Carlos Santórum, su hermano Ricardo, su cuñado Emilio X.R.C., Fidel F.B., Braulio V.V., Sergio F.O., Pablo y Marcos G.V., Ismael C.B., José Y.R.G., el colombiano René R.R., el exfuncionario de Aduanas Pablo S.V. y su mujer, y José Manuel B.G. (el único gallego que viajaba a bordo del MV Karar).
Igualmente, están acusados el resto de tripulantes del barco, cinco ciudadanos de Bangladesh y 9 ciudadanos de Nepal. Todos ellos admitieron que, cuando el buque salió de Panamá, sabían que iban a buscar un cargamento de cocaína frente a las costas de Colombia y que pondrían rumbo a Vigo. José Manuel B.G. admitió que iba a bordo del barco para contar y controlar los fardos de droga.
Otros ocho acusados, entre ellos Santórum y su entorno, se negaron a declarar, alegando que querían hablar al final del juicio y, al denegarse la petición, harán uso de su derecho a la última palabra. Los otros cinco procesados sí declararon, pero negaron su relación con los hechos.
La Fiscalía atribuye a los acusados los delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. Además, a uno de ellos le imputa un supuesto delito de tenencia ilícita de armas, y al exfuncionario de Aduanas y a su mujer, un delito de blanqueo de capitales.
Para Juan Carlos Santórum pide 18 años y medio de cárcel y multa de 438 millones de euros; para el resto solicita 13 años y medio de prisión y multas (dos años más para el supuesto autor de la tenencia ilícita de armas y 6 años más para el matrimonio acusado de blanqueo). El juicio se reanudará este martes con la declaración de más testigos policiales.