Los móviles de los cuatro falsos sanitarios acusados de robar a dos ancianos en Vigo los sitúan en las inmediaciones del lugar de los hechos, según un informe policial elaborado a partir de la geolocalización de los aparatos a través de su conexión en las antenas telefónicas.
El juicio por este suceso, ocurrido en abril de 2020, se ha llevado a cabo este jueves en el Juzgado de lo Penal número 3 de la ciudad olívica, después de haber sido suspendido hasta en tres ocasiones, la última de ellas en julio de este año.
La Fiscalía acusa a los cuatro varones de hacerse pasar por sanitarios para entrar en el domicilio de la pareja, drogarlos y robarles unos 4.000 euros, así como dos relojes de oro Cartier y varias joyas más.
Durante la vista, dos de los acusados (hermanos entre sí) aseguraron estar en Marín (Pontevedra) encerrados en casa en el día de los hechos (en plena cuarentena del Covid-19) y que días antes habían perdido el móvil, llegando uno de ellos a decir que un tercer acusado se lo habría devuelto después de un tiempo «con la pantalla rota». Precisamente el aludido, se acogió a su derecho a no declarar.
El cuarto acusado también aseguró que el día del robo, él había dejado su móvil en casa cargando, mientras cuidaba a su madre enferma en un domicilio cercano, sugiriendo que el mismo varón al que apuntaron los otros dos hombres podría haber cogido también su móvil, ya que vivían juntos.
Pese a esto, la Fiscalía mantuvo sus conclusiones del escrito de acusación, asegurando que entre los cuatro habrían creado un plan para robar a los ancianos, debido a que se encontró ADN del tercer acusado en un trozo de guante hallado en el piso de la pareja.
El relato que contaron las víctimas a los policías el día del robo (el anciano ya falleció y la anciana manifestó que no recordaba lo sucedido, debido a su avanzada edad) es que unos supuestos sanitarios los habrían llamado días antes del robo diciendo que iban a ir a su casa. La investigación confirmó que la llamada se habría realizado desde el móvil del tercer acusado, el mismo en que fue encontrado su ADN.
En la tarde del robo, aparecieron dos hombres vestidos de blanco y con mascarilla, que les habían dado una medicación y les preguntaron dónde guardaban el dinero. Una vecina habría visto cómo una tercera persona estaría abajo esperando.
Intento de estafa
Meses después, en enero de 2021, los dos hermanos acusados, que conocían al perjudicado (debido a que ya habían hecho con él transacciones económicas relacionadas con la actividad numismática), lo habrían convencido para que les acompañase a una entidad bancaria a retirar dinero y entregárselo, a cambio de una supuesta colección de monedas, según denuncia la Fiscalía.
Uno de estos hombres sí reconoció haber acompañado hasta en dos ocasiones al anciano al banco, pero indicó que no le entregó dinero. Los responsables de la oficina indicaron que en una ocasión un hombre trató de hacerse autorizado en la cuenta de la víctima, pero que no se lo permitieron porque para ello era necesaria la firma también de la mujer, que no estaba presente. Fue el personal el que alertó a la policía de lo que ocurría, aunque no identificaron al varón.
Delitos y penas
Por estos hechos, la Fiscalía considera a los cuatro acusados autores de un delito de robo con violencia en casa habitada, haciendo uso de medio peligroso; de un delito menos grave de lesiones; y de un delito leve de lesiones. Todo ello con las circunstancias agravantes de uso de disfraz y abuso de superioridad, y de reincidencia en el caso de uno de los procesados.
Asimismo, a dos de los acusados les imputa también un delito continuado de estafa en grado de tentativa. Para cada uno de ellos pide nueve años de cárcel y multa de 900 euros; y, a mayores, para los acusados de estafa intentada, pide otros seis meses de prisión.