Los dos ciudadanos portugueses que fueron detenidos este fin de semana en Vigo tras destrozar el conjunto escultórico ‘A familia’, en el cruce de Vía Norte y Urzaiz, han sido puestos en libertad a la espera de juicio. El Juzgado de Instrucción número 4 de la ciudad no ha dictado medidas cautelares contra ellos pero ambos regresarán a su país de origen como investigados por un delito de daños y otro de hurto.
Además, la sala ha emplazado al Concello de Vigo a realizar una valoración económica de los daños causados y un informe pericial de cuánto costará reparar las esculturas afectadas. El acto vandálico se puede saldar con una simple multa o puede acarrear una pena de uno a tres años de cárcel si el juzgado considera que los desperfectos se provocaron en un bien de dominio público. En este caso, se trata de una obra del artista Manolo Buciños que el Ayuntamiento inauguró tras reformar Vía Norte.
Los detenidos, que celebraban una despedida de soltero en Vigo, fueron arrestados en torno a las 03.00 horas de este domingo y pasaron el resto de la noche en los calabozos. Horas después pasaron a disposición judicial. Según informó la Policía Local, la ayuda de varios testigos resultó vital para poder localizar los restos robados y capturar a los responsables.
Tras recibir una alerta en el 092, una patrulla se desplazó hasta la zona, donde varias personas relataron lo ocurrido. Una de ellas incluso mostró a los agentes un vídeo en el cual se podía identificar a los autores. Otra les había visto meterse en un edificio de la calle Urzaiz.
Una vez allí, la dotación entró en el inmueble aprovechando que la puerta estaba abierta. Unos ruidos les llevaron hasta un rellano y desde allí pudieron escuchar unas risas y una conversación procedentes del interior de un piso. Al llamar al timbre e identificarse como policías, desde dentro les negaron el acceso.
Así, realizaron gestiones para localizar al propietario de la vivienda, con el que contactaron por teléfono. Este confirmó que tenía el piso alquilado a unos ciudadanos portugueses y acabó yendo hasta allí para permitir la entrada. Así fue cómo los policías hallaron dentro del domicilio los restos de las esculturas y cómo detuvieron a estos dos turistas, de 33 y 34 años.