Cuando quedan menos de tres meses para que prescriba el caso de Déborah Fernández-Cervera, la joven viguesa cuyo cadáver apareció hace casi 20 años en una cuneta de O Rosal, el optimismo respecto a que se produzcan avances significativos parece haberse instalado en su entorno.
“Lo cierto es que el juzgado y la Fiscalía están actuando con mayor contundencia de lo que nosotros entendíamos que habían hecho hasta ahora, y sí que creemos que puede haber avances, somos optimistas”, ha dicho este viernes a las puerta de los juzgados de Tui, donde se instruye la causa, Ramón Amoedo, abogado de la familia.
Este 11 de febrero están llamados a declarar en el Juzgado de Instrucción número 2 de Tui siete testigos cuyos testimonios se referirán a las 24 horas en torno a la muerte de Déborah, entre ellos algunos que ya declararon con anterioridad y que han incurrido en contradicciones.
Y si estas seis declaraciones, entre las que se cuentan personas relacionadas con el partido que sirvió de coartada al principal sospechoso de la Policía Nacional, generan esperanzas en la familia, más aún las da la actitud de la Audiencia Provincial de Pontevedra.
“Estamos optimistas porque la Audiencia Provincial, siempre que hemos recurrido a ella, ha fallado a nuestro favor diciendo que el caso de nuestra hermana es de extrema gravedad y hay que ir por todos los medios, y ahora lo que hemos recurrido es la declaración del principal sospechoso”, ha dicho Rosa, hermana de Déborah en referencia al exnovio de la joven.
“Ojalá tengamos un golpe de suerte y lo veamos desfilar pronto por aquí”, ha añadido. “Vamos a esperar la resolución de la Audiencia, y aún queda el informe de la empresa tecnológica del examen del disco duro del ordenador de Déborah, y a partir de ahí somos optimistas en que en algún momento esto pueda avanzar”, ha añadido Amoedo, quien ha señalado que pese a la lentitud con que avanza el proceso “en las próximas semanas va a haber novedades en todos los sentidos”.
Pendiente está también el resultado del examen de las pruebas biológicas, que la familia espera que llegue en breve. “Hombre, es que si no llegan, vamos, planto fuego a quien haga falta. Tienen que llegar, obviamente no lo voy a hacer, pero que no llegasen sería gravísimo para todos los estamentos que teóricamente protegen a los ciudadanos”, ha señalado Rosa.