Desde aquel año sus allegados han vivido un auténtico calvario, ya que la investigación se torció y no llegó a buen puerto. De hecho, la familia mostró públicamente su descontento con la labor policial y judicial en diferentes ocasiones. Ahora ven una oportunidad para que el caso se reabra, ante la sospecha de que Abuín pueda ser el culpable del homicidio de Déborah.
“Nos sentimos en la necesidad de despejar dudas”, relata a VIGOÉ su hermana Rosa. Sienten que la posible implicación de El Chicle en otros casos similares puede llegar hasta Déborah teniendo en cuenta que entra en el perfil de víctima. “Joven, morena, de pelo largo, iba caminando sola y se suma que el cuerpo aparece desnudo… Hay bastantes circunstancias que encajan”, explica.
Aunque la distancia entre Rianxo y Vigo pueda parecer demasiado amplia como para establecer una conexión, Rosa recuerda que Abuín viajaba mucho debido a su afición por el atletismo y su participación en diferentes competiciones. Además, en las últimas horas sus creencias se han acrecentado: “Me han hecho llegar una foto sacada del perfil de Facebook de El Chicle en la que se le ve en una carrera en Nigrán, que es el punto intermedio en el caso de mi hermana –Déborah desapareció en Vigo y fue hallada sin vida en O Rosal-. Son indicios que nos hacen sentir en la necesidad de que se despeje la duda”, señala. La imagen fue colgada en la red social en abril de 2015, dos meses después de disputarse la prueba, la Carrera Solidaria Anemia de Fanconi.
Por todo ello, han contactado con sus abogados con el fin de solicitar la reapertura del caso, que se encuentra archivado temporalmente desde 2010. Los letrados ya están trabajando en ello y esperar presentar cuanto antes los escritos para que se coteje la posible relación entre el asesinato de la joven viguesa y Abuín.
En todo caso, son conscientes de que el camino no será fácil, pero lo cierto es que tampoco lo ha sido hasta ahora. “Va a depender exclusivamente del juez que reciba la documentación”, admite con cierto recelo Rosa Fernández, que en cualquier caso asegura que la familia está “esperanzada con que se le dé credibilidad” a sus temores.
“Nos queda aferrarnos a la Justicia. Son momentos duros y siempre lo son cuando aparece cualquier caso similar. La herida nunca se cerrará porque mi hermana ya no está pero eso no nos quita la fuerza para seguir”, confiesa Rosa, que tiene una mención especial para los abogados del caso y los miembros de la plataforma SOS desaparecidos.