Tres hombres, vecinos de las Rías Baixas, se enfrentan a 10 años de prisión por supuestamente hacer acopio y comercialización de sustancias estupefacientes a lo largo de los años 2017, 2018 y hasta el mes de enero de 2019.
El juicio contra estos tres hombres tendrá lugar el próximo martes a partir de las 10,00 horas en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra.
Fiscalía ha solicitado dos tipos diferentes de penas, que suman los 10 años de prisión, para los tres acusados, dos de ellos vecinos del municipio pontevedrés de Vilanova de Arousa y uno de Mos.
Por una parte, propone imponer, por delito contra la salud pública, ocho años de prisión y una multa de 433.000 euros, y dos años de prisión por el delito de integración en grupo criminal. Además, los acusados deberán ser condenados al comiso de las sustancias, dinero, instrumentos y efectos intervenidos.
Según el escrito del Ministerio Público, los acusados se interrelacionaban asumiendo diferentes tareas personales en la adquisición y manipulación de sustancias estupefacientes que después comercializaban en particular.
Así, ha recogido que éstos enviaban sucesivas partidas de cocaína desde Vilanova de Arousa hasta la provincia de Barcelona mediante vehículos modificados dotados con compartimentos ocultos en dobles fondos en los que ocultar la droga.
Los acusados
Uno de los acusados «coordinaba y dirigía» la actuación de los otros dos desde su domicilio en el lugar de Vilanova de Arousa. Fiscalía recoge que este es quien establecía los contactos precisos para disponer de la cocaína que distribuían y para determinar a quién vendérsela.
En su domicilio disponía de las sustancias necesarias para el corte y preparación de la droga y, además, guardaba los vehículos «especialmente adaptados» para el transporte de las mismas.
Asimismo, este acusado, tal y como reflejaron las comunicaciones intervenidas, gestionaba el encargo de las labores de mecánica necesarias para poder utilizar los vehículos, registrados a nombre del vecino de Mos.
En lo que respecta al vecino de Mos, según Fiscalía, era el encargado del transporte de la mercancía remitida a Barcelona, en los coches adaptados dispuestos por el otro acusado, del cual éste asumía su titularidad formal y figuraba en la facturación de los servicios mecánicos lícitos necesarios para disponer de los vehículos.
El principal acusado, el encargado de «coordinar y dirigir», se relacionaba con el tercer acusado, otro vecino de Vilanova, acudiendo a su domicilio. Así, este último se encargaba tanto de la disposición de los vehículos empleados en el transporte como de la manipulación de la sustancia estupefaciente que distribuía, de la que guardaba parte en su propio domicilio para su comercialización.