El juzgado de lo Penal 1 de Vigo acogerá el 18 de diciembre un juicio contra un hombre acusado de varios delitos de acoso y amenazas, entre otros, que, durante varios meses, hostigó de forma sistemática y continuada a su expareja, a la que enviaba mensajes y perseguía, a pesar de tener en vigor medidas de alejamiento.
La Fiscalía pide para él penas que suman 15 años y 3 meses de cárcel, además de la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctíma durante casi 40 años.
Según el escrito de acusación pública, los hechos se iniciaron en junio de 2022, cuando la mujer decidió romper la relación tras un episodio violento en el que tuvo una discusión con su entonces pareja y él le impidió salir del domicilio en el que convivían.
Desde el momento en que ella quiso poner fin a la relación comenzó un acoso sistemático por parte del acusado, que le enviaba mensajes, la llamaba de forma insistente desde su teléfono o desde otros, y le escribía correos electrónicos. Además, el acusado timbraba casi a diario en la casa de los padres de ella y la perseguía en sus desplazamientos.
En agosto de 2022 se le impuso una medida cautelar de alejamiento, que él incumplió de forma reiterada, y siguió haciendo llamadas y enviando mensajes con tono amenazante, escribiéndole frases como «todo llega», o «tic tac».
Hacia finales de 2011 el procesado logró entrar en la aplicación de personal del centro sanitario en el que ella trabaja y cambió la foto de su identificación por una fotografía íntima de ella que había obtenido cuando eran pareja.
Intentó entrar en sus redes sociales y correo electrónico
Asimismo, intentó entrar en sus cuentas de redes sociales, y en su correo electrónico y llegó a modificar su dirección de mail en la empresa de telefonía de la que ella era clienta, de manera que la correspondencia le llegaba a él directamente, y así pudo acceder a información como el registro de llamadas o las facturas.
El acusado utilizó también los datos de la víctima para que empresas como aseguradoras y financieras contactasen con ella por servicios que ella no había solicitado, como créditos; pedía comida a domicilio que ella no había pedido; e inclusó llegó a perseguir el coche de la víctima, cuando era conducido por una amiga, hasta el municipio de Fornelos de Montes.
De hecho, la mujer y esta amiga se lo encontraron cuando fueron a Comisaría a denunciar estos hechos, a pesar de la orden de alejamiento, lo que motivó la detención del acusado y su ingreso en prisión provisional en noviembre de 2022. En junio, el hombre salió en libertad, con una orden de alejamiento y con la implantación de un dispositivo telemático para que cumpliese esa medida.
No obstante, y con total «desprecio» por los requerimientos de la autoridad judicial, continuó quebrantando la medida de alejamiento y la prohibición de comunicarse con su expareja. Así, continuaron las llamadas y mensajes amenazantes, hasta que fue nuevamente detenido en julio de 2023 e ingresado en prisión, donde permanece.
Antecedentes
A lo largo de más de un año de acoso y hostigamiento (a excepción de los períodos que pasó en prisión provisional), la víctima tuvo que abandonar su domicilio y mudarse a casa de sus padres, después de 12 años viviendo de forma independiente.
Asimismo, tuvo que cambiar de número de teléfono en más de cuatro ocasiones, sus padres tenían que llevarla al trabajo y tenía que salir acompañada de amigos a todas partes. Estos hechos le provocaron una situación de ansiedad que desembocó en una baja laboral.
Además, se da la circunstancia de que el acusado tiene antecedentes por lesiones en el ámbito de la violencia de género y por quebrantamiento de medidas.
La Fiscalía lo considera autor de dos delitos de acoso, uno de ellos continuado, en concurso con un delito de quebrantamiento de medida cautelar; un delito continuado de amenazas; un delito de lesiones; dos delitos de descubrimiento de secretos; y un delito contra la seguridad vial (ya que la primera vez que fue detenido por estos hechos, estaba conduciendo a pesar de tener el carné retirado por pérdida total de puntos).
También reclama que se apliquen las agravantes de reincidencia y de género, ya que actuó con el ánimo de «despreciar la decisión» de la víctima de romper la relación, y «demostrar su dominio y superioridad sobre la perjudicada».
Así, solicita para él penas que suman 15 años y 3 meses de cárcel, prohibición de acercarse o comunicarse con su expareja durante casi 40 años, prohibición de portar armas durante 2 años, y multa de 5.400 euros. Igualmente, pide que indemnice a la víctima en 12.000 euros.