Una mujer de Vigo se enfrenta a una multa de 8.100 euros por un delito de daños, al ser acusada de haber realizado pintadas en el coche y en la plaza de garaje de un vecino de su edificio, con mensajes como “micropene”, “puta gorda estéril” o “antipreñada”, y ha sido juzgada este miércoles en la sala de lo Penal 1 de la ciudad olívica.
Los hechos se remontan al otoño de 2021, cuando, según la Fiscalía, la acusada realizó esas pintadas, así como rayazos en el coche de la plaza de garaje contigua a la suya, y que pertenecía al vecino que vivía en el piso de abajo del suyo con su pareja.
En el juicio celebrado este martes, la procesada ha negado estas acusaciones, y ha señalado que, antes de esos hechos (que ocurrieron a mediados de noviembre), ella misma había denunciado haber sido víctima de daños en su propio vehículo.
Según ha indicado, la relación con sus vecinos no era mala, aunque ha admitido que, en varias ocasiones, éstos le habían pedido que dejara de haber ruido porque les molestaba. Por ello, ha explicado, ella sospechaba que los daños en su coche habían sido obra de ellos.
Asimismo, la mujer atribuye a estos vecinos una denuncia anónima que llegó a los Servicios Sociales del Ayuntamiento, y que derivó en la apertura de un protocolo relativo a sus hijos menores.
Con todo, ha insistido en que no tenía animadversión hacia ellos y que siempre mantuvo “las distancias”. Asimismo, ha puntualizado que “ningún otro vecino” se quejó de los ruidos ni ha tenido problemas con nadie más en el edificio.
Daños e incidentes ‘in crescendo’
Por su parte, el vecino perjudicado ha explicado que, al poco de llegar como inquilinos al piso, se dirigieron a su vecina de arriba para pedirle que moderase el ruido, que les impedía descansar y, aunque “al principio se lo tomó bien”, las molestias no cesaron.
En un momento determinado, el coche de este vecino empezó a aparecer con pequeños rayazos, escupitajos y otros daños menores, pero esos incidentes fueron ‘in crescendo’, según este testigo, que relató que el 16 de noviembre por la mañana fue a buscar su coche y se lo encontró con más rayazos y pintadas, así como manchas de una especie de masilla gris, por lo que se decidió a denunciar.
Posteriormente, aparecieron más pintadas en la pared de la plaza de aparcamiento “con mensajes muy ofensivos” tanto hacia él como hacia su pareja: “micropene”, “puta gorda estéril”, “antipreñada” y el número “666”.
Al respecto, la pareja del denunciante, que también ha declarado como testigo, explicó que, antes de estos hechos, había tenido una conversación con la acusada relativa a la maternidad. “Yo la veía sola con los niños y me solidaricé con ella. Le conté que tenía una enfermedad y no podía tener hijos, y que me ofrecía a ayudarla con los suyos”, ha apuntado, y ha subrayado que “nadie más” en el edificio conocía esa información sobre su imposibilidad de tener descendencia.
Además, ambos testigos han negado que ellos hubieran causado daños al coche de la acusada, o que la hubieran denunciado de forma anónima ante los servicios sociales municipales. Según han relatado ante la jueza, inmediatamente después de estos hechos, alquilaron otras plazas de garaje fuera del edificio y, poco después, se acabaron mudando de la vivienda porque “la situación era insostenible”.
Informe caligráfico
En la vista celebrada este miércoles han comparecido dos agentes de policía en calidad de peritos, y autores de un informe caligráfico que concluye que la acusada es la autora de las pintadas denunciadas.
Los policías han reconocido que el estudio comparativo de las escrituras no puede dar un cien por cien de garantías, y más teniendo en cuenta el soporte en el que se hicieron las pintadas (una pared), pero han incidido en que “todo apunta” a que la acusada es autora de esas pintadas.
La defensa, por su parte, ha presentado otro informe pericial que cuestiona las conclusiones policiales y cuyo autor, de hecho, señala que los agentes incidieron más en las similitudes de la escritura que en las diferencias, cuando éstas eran más numerosas.
La Fiscalía pide que la acusada sea condenada a pagar una multa de 8.100 euros y a indemnizar al denunciante por el coste de la reparación de su coche. El letrado de los denunciantes ha añadido también la acusación por trato degradante y contra la integridad moral.