La Policía Local detuvo este martes en Vigo a un vigués de 22 años como presunto autor de un delito de violencia de género, otro de lesiones y otro de atentado a la autoridad tras protagonizar un violento altercado en Alcabre. Según informa el cuerpo municipal, su estado de agresividad y resistencia fue tal que los agentes tuvieron que reducirlo y pedir al 061 que desplazara una ambulancia al lugar para inyectarle tranquilizantes. Fueron necesarias dos dosis para poder trasladarlo a un hospital y ser sometido a valoración.
Los hechos se produjeron a las 18.45 horas en la Avenida Atlántida, después de una tarde de playa. El 092 recibió una llamada que alertaba de un posible episodio de malos tratos a una mujer. Al lugar se trasladó, por proximidad, una unidad de Atestados, que al llegar se encontró a dos hombres discutiendo y encarándose. Los agentes los separaron e identificaron.
Uno de ellos les contó que había escuchado una “fuerte discusión de pareja” y había visto cómo el sujeto al que se había enfrentado “comenzaba a empujar a la mujer que le acompañaba y le propinaba un bofetón”, según indica la Policía Local en un comunicado. Por ello, se interpuso entre ambos. No obstante, fue “agredido” por el otro implicado.
“Tratando de verificar esta información, y entrevistar a la mujer, los actuantes observaron que el aludido mostraba una actitud extremadamente violenta, comenzando a amenazar y encarándoseles, intentando agredir a uno de ellos. De hecho trató de darle un puñetazo, acompañado de una patada al que tenía más próximo, logrando el funcionario esquivarlos. Intentó entonces abalanzarse sobre el agente, por lo que fue reducido y engrilletado”, prosigue el relato policial.
La joven que le acompañaba explicó el arrestado era su expareja y que hasta hace pocos días tenía en vigor una orden de alejamiento sobre ella. Según contó, esa tarde habían ido juntos a la playa y “en el momento de separarse, el varón se negaba a abandonarla y le exigía que retomasen la relación, motivo por el cual iniciaron una discusión que finalizó en agresión”.
El hombre fue detenido por estos hechos pero “mostraba una gran resistencia activa, revolviéndose y escupiendo a los policías”. Una vez introducido en el vehículo patrulla, “comenzó a golpear violentamente la puerta, llegando a desencajarla del marco”. Así, se solicitó la presencia de una ambulancia, cuyo médico determinó, tras comprobar su estado, que “había que administrarle una inyección”. Para ello fue preciso inmovilizarle, pero el individuo trató “por todos los medios evitar ser pinchado, lanzando una patada que alcanzó en el rostro a uno de los funcionarios y mordiendo en el dedo a otro”.
Finalmente, una enfermera logró dispensarle una dosis de tranquilizante, aunque “fue necesario administrar dos pinchazos para conseguir sacarle del vehículo e introducirlo en la ambulancia”, según indica la Policía Local. Finalmente, fue traslado al Hospital Povisa, donde permaneció a la espera de valoración.