El hombre estaba fumando un cigarrillo liado que desprendía un fuerte olor a hachís, motivo por el que procedieron a su identificación. Al efectuar unas comprobaciones tuvieron conocimiento de que le constaba en vigor una orden de alejamiento sobre su pareja, en la que se le prohibía aproximarse a ella a menos de 100 metros, así como comunicarse por cualquier medio debido a “malos tratos físicos en el ámbito familiar”.
A la víctima le consta como domicilio habitual en la base de datos una vivienda en la calle de donde le vieron salir los agentes, por lo que uno de los actuantes procedió llamar en dicha vivienda al objeto de comprobar si en el interior se encontraba la beneficiaria de esa orden de alejamiento, así como su estado de salud.
La mujer relató que efectivamente el hombre acababa de estar en su casa porque quería ver a la hija que tienen en común y se había ido hacía escasos minutos sin que se hubiese producido ningún incidente reseñable.
Ante lo ocurrido, los agentes procedieron a abrir diligencias judiciales por un presunto quebrantamiento de condena.