Un policía local de Vigo ha sido suspendido de sus funciones durante 20 días al ser considerado responsable de una infracción grave en el ejercicio de su trabajo. Concretamente, está acusado de usar su arma reglamentaria en la Oficina de Objetos Perdidos el pasado 19 de octubre de 2021, situada de modo provisional en la calle Martínez Garrido.
Según ve probado la Jefatura del Policía Local tras completar una investigación, este agente se quedó solo después de atender a una ciudadana, en torno a las 12.15 horas de ese día, y sacó su pistola. Tras apuntar hacia el escritorio de trabajo, apretó el gatillo y causó dos orificios –entrada y salida- en él. La bala acabó impactando en una pared. El propio funcionario puso los hechos en conocimiento de sus superiores, que no tardaron en dictar un acta de retirada, traslado y depósito del arma.
La instrucción efectuada ha concluido que el policía incumplió el reglamento por el que se rige el cuerpo. Éste recoge que solo se puede utilizar la pistola cuando “exista un riesgo racionalmente grave” para la vida del agente, para su integridad física o las de terceras personas. También en aquellas circunstancias que puedan suponer un “grave riesgo para la seguridad ciudadana”. Es más, el mero hecho de exhibir el arma sin causa que lo justifique ya supone una infracción grave. Este tipo de faltas conllevan una suspensión de funciones que pueden ir desde los cinco días hasta los tres meses.
Con todo, el proceso completado recoge que el policía reconoció que el tiro había sido consciente pero fruto de una “ofuscación mental” y casi de un “acto reflejo”. El agente incluso presentó unos informes médicos para acreditar que sufre episodios de ansiedad, irritabilidad, obsesión o sensaciones de injusticia relacionadas con el ámbito laboral. Es más, había padecido anteriormente pérdidas de control y había estado en tratamiento médico, aunque actualmente ha declinado continuar con las sesiones de terapia.
La investigación tuvo en cuenta igualmente que el funcionario mostró “cierto arrepentimiento” y confesó lo sucedido de forma proactiva ante su jefe. Esta forma de proceder fue valorada positivamente por el instructor, que optó así por una sanción “intermedia”. Otros motivos para no aplicar una sanción mayor fueron la ausencia de reincidencia por faltas anteriores y que la acción no afectó a la seguridad ciudadana.
En cambio, se consideraron agravantes que lo ocurrido provocó “una ligera perturbación del normal funcionamiento del servicio” al tener que trasladarse al lugar de los hechos los oficiales de la Plana Mayor y de Armamento, con las consecuentes “labores burocráticas”. A este respecto, emitieron sus respectivos informes el intendente-jefe, el intendente, el inspector principal y la técnica de prevención de riesgos laborales.
Asimismo, afectó a los principios de disciplina, jerarquía y subordinación. A pesar de que el policía aseguró que no tenía idea de disparar a nadie, los informes médicos acreditan que le invadieron “sentimientos negativos sobre su mando superior”.