Agentes del destacamento de la Guardia Civil de Tráfico detectaron el pasado domingo a un vehículo, un Hyundai i30, que circulaba a 230 kilómetros por hora por la A-52. Los hechos se registraron cuando un conductor vigués circulaba por la localidad ourensana de Ribadavia, en un tramo que está limitado a 120.
El conductor, un joven vigués de 29 años, conducía al doble de la velocidad permitida a su paso por Ribadavia. La Guardia Civil realizaba un control de velocidad.
Según informó la Guardia Civil, al superar en más de 80 kilómetros /hora la velocidad genérica de la vía, se le instruyó un atestado en calidad de investigado. Los agentes cursaron la denuncia por la posible comisión de un delito contra la seguridad del tráfico.
Multas de hasta 600 euros
El conductor se enfrenta a multas de hasta 600 euros y la pérdida de hasta seis puntos del permiso de conducir. Además, por la velocidad a la que circulaba, el castigo también puede conllevar penas de hasta seis meses de prisión. También de la privación del permiso de conducir durante un periodo máximo de cuatro años.