Un vigués de 36 años ha sido detenido tras protagonizar un altercado con la Policía Local y provocar un accidente de tráfico del que huyó. El individuo, que llevaba una escopeta en el coche que le fue requisado, está acusado de agredir a un agente. Además, intentó evitar su arresto llamando a su perro, un American Stanford, para que atacara a los policías. De hecho, uno de los intervinientes fue mordido por el animal.
Según ha informado este martes el cuerpo municipal, el incidente se originó a las 03.30 horas del lunes después de recibir una llamada en el 092. En ella, un vecino del Camiño da Marquesa, en las inmediaciones de la Avenida del Aeropuerto, informaba de que había escuchado un fuerte golpe en la vía pública y que posteriormente había comprobado que su vehículo presentaba daños. Al examinar los aledaños del coche, había encontrado restos de plásticos del foco delantero de un BMW.
Todo apuntaba a que se había producido una colisión con fuga, por lo que la patrulla desplazada al lugar efectuó un peinado por la zona. De este modo, localizó un automóvil de esa marca que presentaba daños compatibles con los observados. Para su sorpresa, en el asiento del copiloto había una escopeta de caza, tipo paralela, que se encontraba abierta y con dos cartuchos en la recámara.
Los agentes realizaron gestiones para encontrar al propietario e indagar sobre la colisión y la tenencia del arma. El teléfono de contacto existente en el padrón fue contestado por otra persona, que aseguró no tener contacto con el dueño del coche y desconocer su paradero. Finalmente, el turismo fue trasladado al depósito municipal.
Pero un poco más tarde, a las 05:40 horas, se recibió una llamada de su titular exigiendo explicaciones sobre la retirada. Los policías aprovecharon para acudir al domicilio de esta persona para realizar averiguaciones sobre el accidente. No obstante, el individuo mostró “una actitud desafiante y agresiva, comunicándose mediante insultos y amenazas”, según informa la Jefatura.
“Preguntado sobre la tenencia del arma, negó tener arma alguna, acusando a los funcionarios de habérsela colocado en su vehículo. A la luz de esta información, se realizaron gestiones a través del servicio telemático de la Guardia Civil, averiguando que carecía de licencia para tenencia de armas. Los actuantes le informaron de los pasos seguir para recuperar el vehículo, mostrándose cada vez más agresivo, dando una patada a uno de los vehículos policiales”, relata el 092.
Ante esta acción, el agente que se encontraba en el puesto del conductor se apeó del coche para verificar los daños y “en ese momento fue agredido por el varón”. Por este motivo, fue detenido por la supuesta comisión de un delito de atentado a la autoridad. Pero la cosa no quedó ahí. Mientras lo reducían, ejerció “una gran resistencia activa y comenzó a llamar a voces a un perro, instigándole a atacar a los funcionarios”.
El can, un American Stanford, llegó a morder a uno de los policías en una pierna. Su custodia le fue retirada debido a que no contaba con “ninguno de los documentos exigibles legalmente para la tenencia este tipo de animales”. Adicionalmente, le fue decomisada la escopeta.