Un vigués de 40 años ha sido detenido por la Policía Local después de protagonizar un altercado en la ciudad e incluso intentar lanzar una bicicleta contra los agentes, que previamente habían disuelto el botellón en el que participaba. El individuo, que también causó problemas de tráfico, está acusado de un delito de desobediencia grave y otro de atentado contra la autoridad.
Los hechos tuvieron lugar esta pasada madrugada, poco después de la medianoche. Sobre las 00.10 horas, varias unidades se trasladaron a la plaza José Campos Pérez, en el entorno de O Calvario, para poner fin a un pequeño botellón. Se trataba, según ha informado el cuerpo municipal a través de un comunicado, de “un grupo de cinco jóvenes que estaban reunidos departiendo en unos bancos”.
Los agentes les avisaron de que no está permitido consumir bebidas alcohólicas en la vía pública y cuatro de los presentes abandonaron “voluntariamente” el lugar. “No así el quinto, que se mostró poco colaborador y fue invitado en varias ocasiones a deponer su actitud”, según el relato policial. “No utilizaba mascarilla y consumía alcohol en presencia de los actuantes, motivo por el cual se le informó de que iba a ser propuesto para sanción por desobedecer el mandato”, prosigue la Jefatura de Vigo.
Durante ese proceso, el sujeto comenzó a “amenazar” a los efectivos desplazados e incluso “llegó a encararse con uno de ellos”. Finalizada la intervención, los agentes se dirigieron al vehículo patrulla para continuar su recorrido, ausentándose la persona denunciada en una bicicleta “mientras les amenazaba de gravedad”. Pero apenas un minuto después, los policías observaron que el tráfico rodado se encontraba detenido y constataron que el mismo individuo estaba situado con su bici en el centro de la calzada, impidiendo la circulación de los vehículos.
Por ello, los policías intentaron retirarlo de la vía, momento en que “el aludido elevó la bicicleta sobre su cabeza avanzando apresuradamente hacia los funcionarios con manifiesta intención de tirársela”. Según índice el cuerpo municipal, “lograron arrebatársela de las manos mientras su nivel de agresividad se elevaba y trataba de ejecutar sus amenazas”. Por ello, procedieron a su detención por la supuesta comisión de un delito de desobediencia grave y otro de atentado a la autoridad.
Los problemas no terminaron aquí. En el proceso de traslado al centro médico, el individuo “golpeó violentamente el interior del coche patrulla” y “mantuvo sus amenazas en todo momento, no sólo hacia los agentes, dado que una vez en el centro médico, también amenazó a la sanitaria que le atendía”. “Trató incluso de autolesionarse, teniendo los agentes que inmovilizarle para evitar que se provocase daños”, finaliza la Policía Local.