El juzgado de lo Penal 1 de Vigo ha acogido este miércoles un juicio contra un hombre acusado de varios delitos de acoso y amenazas, entre otros, que, durante varios meses, hostigó de forma sistemática y continuada a su expareja, a la que enviaba mensajes y perseguía, a pesar de tener en vigor medidas de alejamiento.
Durante la vista, la supuesta víctima ha asegurado que el varón la agredió, le confiscó el móvil y la encerró varias veces en su cuarto antes y después de dejarlo. Además, ha explicado que una vez terminó la relación, continuaron compartiendo vivienda ya que el acusado le decía que «no tenía a donde ir» y se quedó varios meses en su piso.
No fue hasta más de seis meses después cuando el hombre abandonó la vivienda tras una discusión que acabó con una agresión y con la intervención de la Policía, según ha relatado la mujer. Pese a todo, en ese momento no lo denunció «por miedo» y porque él le decía que una denuncia «le arruinaría la vida (a él)».
A partir de ahí, siempre según las palabras de la mujer, el acusado habría empezado a acosarla a través de decenas de llamadas, de mensajes de WhatsApp, Telegram y de correos electrónicos. Además, acudiría a casa de sus padres, a donde ella se había mudado, y timbraba a diario.
También habría aparecido en varios lugares que ella frecuentaba, llegando incluso un día a hablarle desde un número de teléfono diciendo que era un amigo y le aseguraba que el acusado había intentado suicidarse. Tras casi un mes, decidió interponer denuncia.
Entre otras cosas, recibió varias solicitudes de amistad en Instagram que deduce que era él y considera que el varón entró varias veces en distintas cuentas de ella como de correo o incluso en una aplicación que utilizaba para conocer sus turnos laborales.
«La cosa cada día iba a más, a más, a más», ha lamentado la mujer, indicando que salía de casa siempre acompañada con su familia o amigos, que incluso iban a buscarla al trabajo. Asimismo, relató varios incidentes en los que el varón la perseguía en coche.
«Le pedí que parase y le pregunté que qué tenía que hacer para que parase y me dijo que quedar con él», ha apostillado, indicando que en varias ocasiones habló con él estando presente un agente de la Policía que la custodiaba durante la orden de alejamiento que le fue concedida.
«Me dijo que me quedaba poco y le dije que ya no le tenía miedo», ha apuntado la mujer, que ha indicado que, tras varios meses en prisión, una vez salió, el varón volvió a acosarla con decenas de llamadas.
Preguntada sobre si esta situación le había provocado algún cambio en su vida, ella ha indicado que además del «miedo», considera que tiene «una hipoteca» para siempre por si se lo encuentra y que en la actualidad está sometida a un tratamiento de antidepresivos. Por su parte, el acusado se ha acogido a su derecho a no declarar.
Por todo ello, la Fiscalía pide para él penas que suman 15 años y 3 meses de cárcel, además de la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima durante casi 40 años.
Hechos
Según el escrito de acusación pública, los hechos se iniciaron en junio de 2022, cuando la mujer decidió romper la relación tras un episodio violento en el que tuvo una discusión con su entonces pareja y él le impidió salir del domicilio en el que convivían.
Desde el momento en que ella quiso poner fin a la relación comenzó un acoso sistemático por parte del acusado, que le enviaba mensajes, la llamaba de forma insistente desde su teléfono o desde otros, y le escribía correos electrónicos. Además, el acusado timbraba casi a diario en la casa de los padres de ella y la perseguía en sus desplazamientos.
En agosto de 2022 se le impuso una medida cautelar de alejamiento, que él incumplió de forma reiterada, y siguió haciendo llamadas y enviando mensajes con tono amenazante, escribiéndole frases como «todo llega», o «tic tac». Hacia finales de año, el procesado logró entrar en la aplicación de personal del centro sanitario en el que ella trabaja y cambió la foto de su identificación por una fotografía íntima de ella que había obtenido cuando eran pareja.
Comida a domicilio y servicios que ella no había pedido
Asimismo, intentó entrar en sus cuentas de redes sociales, y en su correo electrónico y llegó a modificar su dirección de mail en la empresa de telefonía de la que ella era clienta, de manera que la correspondencia le llegaba a él directamente, y así pudo acceder a información como el registro de llamadas o las facturas.
El acusado utilizó también los datos de la víctima para que empresas como aseguradoras y financieras contactasen con ella por servicios que ella no había solicitado, como créditos; pedía comida a domicilio que ella no había pedido; e incluso llegó a perseguir el coche de la víctima, cuando era conducido por una amiga, hasta el municipio de Fornelos de Montes (Pontevedra).
De hecho, la mujer y esta amiga se lo encontraron cuando fueron a Comisaría a denunciar estos hechos, a pesar de la orden de alejamiento, lo que motivó la detención del acusado y su ingreso en prisión provisional en noviembre de 2022. En junio, el hombre salió en libertad, con una orden de alejamiento y con la implantación de un dispositivo telemático para que cumpliese esa medida.
No obstante, y con total «desprecio» por los requerimientos de la autoridad judicial, continuó quebrantando la medida de alejamiento y la prohibición de comunicarse con su expareja. Así, continuaron las llamadas y mensajes amenazantes, hasta que fue nuevamente detenido en julio de 2023 e ingresado en prisión, donde permanece.
Antecedentes por violencia de género
A lo largo de más de un año de acoso y hostigamiento (a excepción de los períodos que pasó en prisión provisional), la víctima tuvo que abandonar su domicilio y mudarse a casa de sus padres, después de 12 años viviendo de forma independiente. Asimismo, tuvo que cambiar de número de teléfono en más de cuatro ocasiones, sus padres tenían que llevarla al trabajo y tenía que salir acompañada de amigos a todas partes. Estos hechos le provocaron una situación de ansiedad que desembocó en una baja laboral.
Además, se da la circunstancia de que el acusado tiene antecedentes por lesiones en el ámbito de la violencia de género y por quebrantamiento de medidas.
La Fiscalía lo considera autor de dos delitos de acoso, uno de ellos continuado, en concurso con un delito de quebrantamiento de medida cautelar; un delito continuado de amenazas; un delito de lesiones; dos delitos de descubrimiento de secretos; y un delito contra la seguridad vial (ya que la primera vez que fue detenido por estos hechos, estaba conduciendo a pesar de tener el carné retirado por pérdida total de puntos).
También reclama que se apliquen las agravantes de reincidencia y de género, ya que actuó con el ánimo de «despreciar la decisión» de la víctima de romper la relación, y «demostrar su dominio y superioridad sobre la perjudicada».
Así, solicita para él penas que suman 15 años y 3 meses de cárcel, prohibición de acercarse o comunicarse con su expareja durante casi 40 años, prohibición de portar armas durante 2 años, y multa de 5.400 euros. Igualmente, pide que indemnice a la víctima en 12.000 euros.