Trágico descubrimiento el realizado este miércoles por la tarde en la estación de Vialia Vigo a la llegada de un tren procedente de Madrid. Una pasajera que iba sin acompañante en uno de los vagones fue encontrada sin vida al término del trayecto.
Fue otro viajero quien se dio cuenta de que la mujer, de 66 años, permanecía inmóvil en su asiento a pesar de que el convoy había arribado a su destino final. Al no responder a estímulos surgieron las sospechas de que pudiera estar muerta. Y así era.
Otro ocupante del tren que trabaja como sanitario le tomó el pulso y comprobó que era nulo. En ese momento, en torno a las 15.50 horas, se activó un dispositivo coordinado por el 112, que movilizó a la Policía Local, a la Policía Nacional, al 061 y a responsables de la estación. Los técnicos sanitarios que se desplazaron al lugar confirmaron que la sexagenaria había entrado en parada cardiorrespiratoria e intentaron reanimarla.
Sin embargo, todos los esfuerzos realizados, tanto manualmente como con un desfibrilador, fueron en vano. El personal de 061 incluso cree que la mujer ya llevaba tiempo fallecida, bien al poco de salir de Madrid o bien en un punto intermedio del trayecto.
Se dio la circunstancia de que la pasajera ocupaba un asiento de ventanilla y llevaba la cabeza apoyada en el cristal. Además, iba con los ojos cerrados y con la mascarilla puesta, por lo que el resto de usuarios del tren no se figuró en ningún momento que estuviese muerta. Todo el mundo se imaginó que estaba durmiendo. El pasaje se dio cuenta de lo que sucedía realmente al llegar el convoy a Vialia Vigo y vaciarse el vagón.