Así como en todos los hogares hay una nevera, la mayoría derramó agua en algún momento. Pero… ¿Por qué genera agua de más? ¿Está rota? Este problema frecuente, si se deja estar, podría afectar a los alimentos. La acumulación de agua en los compartimentos internos aumenta la generación de bacterias. A eso se le suma la condensación y, posteriormente el hielo. ¿Cuáles son las causas de la presencia de agua en su nevera?
El problema más común es que el agujero del drenaje se obstruya, bloqueando la posibilidad de que el agua extra, o las gotas de evaporación se vayan por el desagüe. Si no es el hielo, muchas veces los restos de comida lo bloquean, generando además mal olor. ¿Cómo se soluciona?
Siempre trabajando con el electrodoméstico apagado. Se puede destapar el conducto de diferentes maneras. Una de ellas es limpiarlo con los hisopos para las orejas y agua caliente. Si la obstrucción es profunda, un cable le sería de utilidad, o en el mejor de las situaciones, se puede utilizar aire comprimido. Una manera de prevenirlo es no guardar comida suelta cerca de la pared trasera de la nevera. Si la nevera pierde agua, otro problema podrían ser las rajaduras en la bandeja de goteo. La bandeja interna de goteo suele agrietarse con el tiempo. Estas grietas crean fugas de líquido que luego se evapora y se generan problemas en los conductos centrales de la nevera. La solución es cambiarla.
Si las puertas cierran mal, o los burletes están viejos, la condensación de agua se va a transformar en hielo y este será un problema mayor que a largo plazo estropeará el buen funcionamiento del artefacto. Este hielo, en los sistemas No Frost, suelen romper los sistemas de resistencias. La escarcha acumulada podría también trabar los ventiladores internos.
El primer paso que se puede dar, antes de llamar a un técnico es verificar el regulador de temperatura interna, ya que hay veces que se modifica sin querer y la nevera enfría de más. La programación no debería tocarse demasiado, solo dos veces al año: una en verano y otra en invierno. La temperatura debe ser de 3 a 4 grados centígrados; mientras que para los congeladores se debe colocar entre -15 y -18 grados centígrados.
Por otra parte, un factor que no se tiene en cuenta es la temperatura atmosférica, esta puede afectar el funcionamiento del termostato y dañarlo. Además, es necesario mantener tu nevera limpia por dentro y por fuera. En la parte trasera de la nevera, hay un depósito de drenaje. Al estar el electrodoméstico contra la pared, muchas veces no se vacía y esto genera un desborde de agua. Cada mes hay que revisarlo para detectar grietas, agujeros y/o deformaciones.
¿Para qué sirve el depósito? En él se recoge la condensación del compartimento de la nevera. Si todo funciona como corresponde, el agua recolectada se evaporará gracias a la temperatura del motor, que se encuentra cerca del depósito. Son varios los factores por los que nuestra nevera puede presentar fugas de agua, pero las alternativas para solucionarlo por nuestros propios medios son mayores. ¡Hágalo usted mismo!